domingo, 20 de abril de 2008

C'est le temp de l'amour et de l'aventure



Divagando en los caminos desiertos de la ambigüedad del pensamiento, logró detenerse a mirar el basto esplendor del cielo en aquel limbo tan frágil que enmarcaba el inicio procedente del fin, la llegada de la infinita noche..”

Ocaso

¿Alguna vez has detenido tu andanza para admirar la cálida brisa que invade el mundo? La suavidad de una caricia, la tenacidad de un abrazo, el embriagante néctar de un beso , la tersura de las nubes, la infinidad de la paz al escuchar todo aquello que te rodea: Vida

Cuando los destellos dorados del sol toman valentía de presentarse ante lo material inmaterial que conforma todo nuestro derredor comienza lo algunas veces olvidado, por costumbre, por usualidad, por hacer afinidad a esas palabras que prorrogan “nadie sabe lo que tiene…”, aquello que perpetúa tocando nuestra vida a cada momento: el día

El nacimiento del todo aun siendo un micro momento es aquel que no podría ser olvidado. La primera vez que observaste su faz, la primera palabra, la primera mirada, el primer momento juntas. Es cierto que no hay logro en recordar el pasado pero de igual forma algunas veces recordar como fue que todo inicio, paso a paso, te hace lograr centrarte en aquellos sentimientos ignorados después de un tiempo.

Aun moviéndose a través del espacio, sin hacer un esfuerzo tangible, podía admirar aquel momento llegar, aquel amanecer que muchísimas veces había intentado olvidar, centrándose en los ocasos, los finitos momentos de todo lo bello sin recordar que en la austeridad de la existencia después de cada final una nueva puerta es capaz de abrirse…

Postraba su ente día a día en aquel dulce recuerdo cuando su mirada pudo presenciar la belleza de aquella esplendorosa esencia, cuando creyó que todo su sueño de perfección pudiera tomar encarnación en una sola persona: Recuerdos…

Así pasaba el tiempo mientras cada momento iba cubriendo su ser envolviéndola en aquellos pretéritos sueños, alguna vez conformados como un presente. ¿Por qué la gente olvida los motivos por los que estuvieron juntos alguna vez? ¿Por qué olvidar el estimulo para aquellas primeras muestras de amor?

En una búsqueda incansable de una nueva oportunidad algunas veces se puede encontrar el camino cerrado, como amar a alguien que no deja ser amado?, cansancio atravesaba su inconsciente pensamiento; es mas fácil retomar un camino antes andado que buscar la forma de abrir aquella puerta que no sabemos si podrá ser nuestra entrada al paraíso, a una verdadera felicidad, a un para siempre en la eternidad.

“…si supieras todo lo que encierro aquí dentro..”

En la llegada del crepúsculo mirando ambos seres los rosados contrastes de las nubes matizando el celeste componente del cielo anteponiendo el arribo de la noche, dos pensamientos unían sus almas aun estando juntos sin poder estarlo. En el exterior un recuerdo quedaba, una incertidumbre, miedo a la perdida, miedo a abandonar, por lo profundamente doloroso que eso era, aquello que alguna vez había levantado su mundo. Mientras tanto dentro del marco de aquella puerta esa persona intentaba, a mas no poder. El escape de aquel encierro para poder estar del otro lado de nuevo

“…si supieras lo que significas para mi…”

Abrió aquella puerta y logro salir , dar un paso mas que angostara su distancia, pensando “no se si será demasiado tarde , no se si alguna vez el pasado podrá quedarse atrás, no se si te arriesgare a vivir este mundo conmigo, uno construido por nuestros anhelos solo se que he perdido muchas cosas y no te perderé sin haber luchado antes”…caminare buscándote.

“…si supieras cuanto te amo…”

Y la luna que ambas miraban, se convirtió en su vinculo eterno

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